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Cardiopatía isquémica

Las enfermedades cardiovasculares constituyen la primera causa de muerte en los países desarrollados y, en particular, la cardiopatía isquémica y sus complicaciones siguen representando una de las mayores causas de morbi-mortalidad en la población.

En esta sección te contaremos de una forma amena y resumida algunos conceptos de interés para el paciente, porque conocer la enfermedad ayuda a entender las opciones de tratamiento, promover cambios en el estilo de vida y participar de forma activa junto al equipo de profesionales que te cuidan

¿Qué es la cardiopatía isquémica?

El término hace referencia a las enfermedades a causadas por la falta de aporte de sangre al corazón (oxígeno y nutrientes). La mayoría de las veces es a consecuencia de una obstrucción en las arterias responsables del riego sanguíneo, debido a la ateroesclerosis.

En otras situaciones puede ocurrir sin la presencia de obstrucción, por ejemplo, cuando tienen lugar alteraciones de la microcirculación debido a vasos sanguíneos pequeños. Esto quiere decir que sí es posible tener angina sin lesiones en las arterias del corazón, algo más frecuente en mujeres, o situaciones que exigen gran demanda de oxígeno en corazones enfermos, como la arritmia, anemia o ejercicio físico intenso.

Muchos de los pacientes con lesiones obstructivas en las arterias coronarias pueden ser asintomáticos durante años. En otros, la manera de manifestarse es la “muerte súbita” o con síntomas. El principal y más característico es el dolor torácico que llamamos “típico”: opresivo o con sensación de peso, relacionado con el esfuerzo y que se alivia al reposar; el dolor irradia al brazo izquierdo, cuello o mandíbula, y está acompañado de sudoración o náuseas.

Las formas de presentación son las siguientes:

  • Angina estable: La ateroesclerosis de las arterias del corazón no causa una obstrucción completa de la luz del vaso. Esto quiere decir que la sangre sigue fluyendo, pero en situaciones donde se requiere un aporte extra de oxígeno (ejercicio físico, actividad sexual, impacto emocional e incluso tras una comida copiosa) no puede pasar la cantidad necesaria para las necesidades del músculo. Es entonces cuando aparecen las manifestaciones clínicas, como el dolor, que usualmente se alivia con reposo. Los episodios de dolor torácico evolucionan durante varios meses.

 

  • Angina inestable: Si la lesión obstructiva progresa, empeoran los síntomas del paciente con historia de dolor torácico típico, o ya diagnosticado de cardiopatía isquémica. Pueden aparecer ante una menor carga de esfuerzo, o incluso en reposo.

 

  • Infarto agudo de miocardio: Cuando el músculo sufre debido a la lesión, las células comienzan a morir y liberan en la sangre unas proteínas llamadas troponinas. Esto se puede determinar a través de análisis de laboratorio; de ser así, estamos en presencia de un “infarto”. Un síntoma inequívoco es el dolor típico que puede durar más de 20 minutos y aparece en reposo. Si la lesión ocluye por completo toda la luz del vaso, se da un “infarto agudo de miocardio”, que puede ser con o sin elevación del segmento ST. Esto último se determina a través de un electrocardiograma (ECG), que es una prueba IMPRESCINDIBLE que se debe realizar en los primeros minutos a todo paciente con dolor torácico.

Un consejo que puede salvar tu vida

Si eres un paciente con factores de riesgo - o con cardiopatía isquémica conocida - y tienes un episodio de dolor torácico (opresivo, desencadenado por el esfuerzo e irradiado a brazo izquierdo, cuello o mandíbula), llama a los servicios de emergencia (112) en lugar de ir por tu cuenta al hospital o centro médico, mucho menos conduciendo tú.

¿Por qué? Los servicios de emergencia pueden hacerte un electrocardiograma en tu domicilio y activar un protocolo llamado “Código de Reperfusión”. Luego de hacer esto, te llevan a un hospital donde puedan restablecer el flujo de la arteria ocluida mediante un procedimiento llamado “cateterismo” con el que te implantan unas prótesis o “Stents coronarios” y así evitar mayor daño. Para un paciente con dolor torácico, cada minuto cuenta.

¿Cuáles son las causas de la cardiopatía isquémica?

La aparición de la ateroesclerosis en las arterias coronarias se estudia a través de la fisiopatología y tiene múltiples causas relacionadas con la inflamación y oxidación. Sin embargo, algunos de los factores de riesgo se pueden controlar para prevenir la aparición de la enfermedad.

Factores de riesgo no controlables: edad avanzada; sexo (es más común en los hombres, aunque la frecuencia en las mujeres se iguala a partir de la menopausia); antecedentes de cardiopatía isquémica prematura en la familia.

Factores de riesgo controlables: aumento de las cifras de colesterol total, sobre todo del LDL (malo)l disminución de los valores de colesterol HDL (bueno); tabaquismo; hipertensión arterial; diabetes mellitus; obesidad; sedentarismo; haber presentado previamente la enfermedad: los pacientes que ya han presentado angina o infarto tienen más riesgo de volver a padecerlo. 

¿Cómo se diagnostica? 

El síntoma habitual que motiva la consulta en los servicios médicos es el dolor torácico, pero también puede haber otros como la disnea, dolor dorsal o epigástrico, sudoración, náuseas y vómitos.

En los pacientes con clínica de semanas de evolución, su médico de cabecera le derivará a la consulta del cardiólogo donde le realizarán las pruebas necesarias. Además de una detallada historia clínica y las pruebas básicas como el electrocardiograma y ecocardiograma, se le podrán solicitar otras como una prueba de esfuerzo, ecocardiograma de esfuerzo, pruebas de imagen cardíaca avanzada como el TAC coronario o técnicas de medicina nuclear (SPECT).

¿Cuál es el tratamiento?

El tratamiento de la cardiopatía isquémica ha evolucionado notablemente en los últimos años con el desarrollo de las técnicas intervencionistas, la universalización de los programas de angioplastia primaria, la cirugía cardíaca, nuevos fármacos que ayudan a controlar factores de riesgo asociados a la enfermedad coronaria como la hipercolesteronemia y la diabetes, o los programas de rehabilitación cardiovascular. Todo lo anterior no está completo si el paciente no tiene un rol activo en el tratamiento de su enfermedad a través de hábitos de vida saludable, dieta sana y ejercicio físico. 

La elección del tratamiento adecuado depende de factores como la edad, la forma de presentación (infarto agudo, angina estable), el tipo y la complejidad de las lesiones presentes en las arterias coronarias, otras enfermedades presentes como la diabetes, patologías que favorecen el sangrado, la experiencia del hospital o la decisión del paciente.

¿Qué hacer ante un episodio de dolor torácico si ya estás bajo tratamiento?

Lo primero que debes hacer es interrumpir la actividad que estabas realizando y sentarte. Administra una cafinitrina sublingual y, si a los 5 minutos no ha cedido el dolor, ponte una nueva dosis, tras lo cual:

  • Si el dolor ha cedido y tiene las características habituales (en frecuencia, duración y grado de esfuerzo en el que aparece), puedes continuar realizando el mismo régimen de vida y no es necesario que acudas al médico.

  • En caso de que haya desaparecido el dolor, pero éste sea más frecuente, de mayor duración o aparece ante esfuerzos menores, solicita consulta con tu médico.

  • Si el dolor dura más de 15 minutos, sin haber cedido tras 2-3 cafinitrinas o si se acompaña de dificultad para respirar, mareo, palpitaciones o pérdida de conocimiento, solicita ayuda médica llamando al teléfono de emergencias 112.

¿Puedo volver a mi vida laboral después de un infarto?

Habitualmente si. Hay que tener en cuenta cómo ha quedado la función del corazón y qué tipo de actividad laboral se realizaba.

Para conducir, deberás esperar al menos tres semanas después del síndrome coronario, y para viajar en avión, como mínimo un mes. Si la función del corazón ha quedado comprometida y trabajabas de estibador, es probable que debas cambiar de puesto laboral y adaptarlo a tu situación actual Esta es una de las razones por las que los programas de rehabilitación cardíaca son importantes, pues enseñan al paciente a vivir en su nueva situación.

¿Se verá afectada mi vida sexual?

Los pacientes con cardiopatía isquémica habitualmente pueden tener una vida sexual satisfactoria. La actividad sexual puede recomenzar a partir de las dos semanas del síndrome coronario.

Hay fármacos que pueden interferir con la libido y otros que contraindican ciertos tratamientos para la disfunción eréctil (nitratos). En caso de duda, no tengas pena de preguntarle a tu médico.

¿Cómo puedo controlar mi enfermedad?
Consejos de la Sociedad Española de Cardiología
  1. No fumar: abandonar por completo el consumo de tabaco y evitar estar en ambientes con humo

  2. Limitar el consumo de alcohol: en el caso de los hombres, el máximo diario son dos copas de vino; una para las mujeres.

  3. Control de la presión arterial: los valores deben ser menores de 135/85

  4. Control de glucemias: si padeces diabetes, tus valores han de estar entre 90-140 mg/dl o el valor de hemoglobina glicosilada <7%.

  5. Control de los niveles de colesterol: el valor de colesterol “malo” o LDL ha de ser menor de 70 mg/dl o reducirse en un 50% respecto al valor inicial. No abandones la medicación. A los 3 meses del alta, y luego anualmente, debes realizarte analíticas para lograr y mantener este objetivo.

  6. Control de peso: el índice objetivo de masa corporal es IMC<25. Tu cintura debe medir menos de 102 cm si eres hombre y menos de 88 cm si eres mujer.

  7. Dieta cardiosaludable: pobre en sal (máximo 6 gr/día), pobre en grasas de origen animal, charcutería, precocinados y evitar fritos y guisos. Rica en vegetales y frutas. Utilizar aceite de oliva. Elegir lácteos desnatados. Pescado azul una vez por semana. Máximo 3 huevos por semana. Cocina al vapor, horno, plancha o brasa.

  8. Ejercicio físico: es aconsejable la realización de ejercicio físico aeróbico de moderada intensidad (nadar, caminar o montar en bicicleta) durante al menos 20-30 minutos al día, 5 a 6 veces por semana. Evita realizarlo después de las comidas o con temperaturas extremas.

  9. Cumplimiento farmacológico: debes cumplir de forma constante y regular el tratamiento que se te ha prescrito. Recuerda que el tratamiento es individualizado y ajustado a tus necesidades. Si te han colocado un stent, dígaselo siempre al médico que te atiende y nunca abandones el tratamiento con aspirina u otro antiagregante, salvo indicación médica expresa.

  10. Vacunaciones: debes vacunarte anualmente frente a la gripe. Se recomienda la vacunación antineumocócica.

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