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Foto del escritorYanelys Hernández

Qué comer en las festividades sin afectar tu salud cardiovascular

Puente de diciembre, Navidades, Nochevieja, Reyes… ante la avalancha de

festividades se impone fijar algunas pequeñas pautas para disfrutar de cada una de

ellas con un corazón sano. Quizás podrían resumirse en: un consumo controlado y

equilibrado de alimentos y bebidas, al menos ocho horas de sueño diarias, no olvidar

el tratamiento médico por estas fechas y mantener el entrenamiento físico; pero

queremos abundar un poco más, compartiéndote ideas, señales de alerta e incluso

falsos mitos; para que con toda esta información tengas más herramientas para cuidar

tu salud cardiovascular en las venideras épocas de disfrute.



Estas celebraciones suelen venir acompañadas de excesos que, al tratarse de varias

festividades cercanas en el tiempo, provocan una pérdida de rutinas y hábitos

alimentarios. Las comidas de estas fechas cuentan frecuentemente con alimentos que

elevan nuestro colesterol, ricos en grasas, azúcares y sal; elementos con los que

resulta importante ser precavidos, sobre todo aquellas personas con riesgos o

enfermedades cardiovasculares.


El consumo de sal, por ejemplo, puede provocar que se retengan líquidos, lo que

podría no ser bien gestionado por el organismo y estimular descompensaciones,

dando lugar a una insuficiencia cardíaca. Suele recomendarse usar, en su lugar,

especias.


Otra recomendación para estas jornadas consiste en evitar los picoteos y si va a

consumirse algo previo a las comidas, preferiblemente que se trate de alimentos

ligeros como frutos secos o frutas deshidratadas. Los frutos secos, son uno de los

falsos mitos en cuanto a relación entre nutrición y salud cardíaca, la realidad es que en

su mayoría constituyen una opción acertada para aquellas personas que presentan un

deterioro de su función cardíaca, por su riqueza en ácidos grasos omega-3. Dichos

ácidos grasos pueden reducir el riesgo de tener un ataque del corazón o un accidente

cerebrovascular.


No se confunda el evitar picar o tapear antes de la cena con llegar con hambre a ella.

Dejar de almorzar y/o merendar, previendo posibles excesos durante una comida

festiva es contraproducente y podría afectar incluso más que el picoteo, pues se

llegaría con mucha hambre a la cena, y, por ende, comeríamos de más. Esto se

traduciría de manera negativa en nuestro organismo.



Planificar los menús para cada fecha e intentar que sean lo más nutricionalmente

equilibrados posibles y compatibles con una alimentación cardiosaludable, podría ser

la clave del éxito. En ellos, además de incluir algunos de los alimentos antes

mencionados, queremos compartir otros que son beneficiosos para la salud y

ayudarán a compensar el consumo de otros propios de las fechas. No se trata de

renunciar a los alimentos típicos de las festividades, sino de controlar cantidades y

mantener un equilibrio, que es bien personalizado porque responde, principalmente, a

las comorbilidades de cada persona y sus gustos alimenticios.


Las legumbres son una fuente de minerales, apenas contienen sodio o grasa, y serían

una excelente alternativa para incluir en alguno de estos menús festivos teniendo en

cuenta que son, además, muy versátiles y pueden integrarse en múltiples platos. La


Sociedad Española de Nutrición Comunitaria ha animado a la población a consumir

raciones de entre 60 y 80 gramos en crudo, lo que correspondería aproximadamente a

una ración en cocido de entre 150 y 200 gramos, entre dos y cuatro veces a la

semana. Unos garbanzos con langostinos o unas deliciosas lentejas de primer plato,

¿a qué apetece?


Los mariscos en general son una buena elección de plato principal para estas fechas,

así como aquellos que contienen mejillones y almejas. El pavo, si bien es una tradición

más arraigada en países como Estados Unidos, resulta una elección deliciosa y

saludable por su bajo contenido en grasas. Si lo aliamos con el horno, el resultado no

podría ser otro que una combinación sana y exquisita.


El cordero y el pato también destacan por su popularidad para estas fechas, en

cambio, de igual modo resaltan por ser unas de las carnes más grasientas, según el

diario EL ESPAÑOL. El cochinillo, símbolo segoviano y uno de los platos estrella para

Nochebuena o Navidad, tampoco estaría entre los más recomendados.



No es posible pensar en un 31 de diciembre sin las tradicionales uvas inundando la

mesa y esas 12 clásicas para aclamar la suerte durante el próximo año resultan uno

de los placeres de estas festividades de los que todos podemos disfrutar sin que nos

pase factura. Más allá de ser típicas de diciembre, son ricas en fibra, vitaminas y

minerales; compensando niveles calóricos y de azúcares. También pueden tomarse

de postre u optar por deliciosos bizcochos caseros. Téngase en cuenta que los

alimentos con un exceso de azúcar se relacionan con otros factores de riesgo de la

enfermedad cardiovascular, como la hiperglucemia y la obesidad.


No debe obviarse la adecuada hidratación que en invierno levanta señales de alerta

pues las personas suelen reducir involuntariamente el consumo de agua. En

contraposición, el alcohol es otro componente de las comidas festivas que debemos

evitar o moderar en gran medida.


Todo lo anterior redunda en beneficios para la salud sin perder el espíritu festivo.

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