Rehabilitación cardíaca: ¿qué debes saber?

El ejercicio físico es uno de los pilares de la prevención y tratamiento de las enfermedades cardiovasculares. Lo ideal es incorporar en nuestro estilo de vida algún deporte antes de presentar problemas de salud. Pero es habitual que muchas veces los pacientes no asuman la importancia de la actividad física hasta un primer “susto”: el diagnóstico de insuficiencia cardíaca o un infarto, por ejemplo. Y en ese momento, es muy importante saber qué tipo de ejercicio es el más adecuado para no sobrecargar al corazón.

Con este fin, existen los programas de rehabilitación cardíaca, una herramienta educacional diseñada como parte de un cambio de estilo de vida que ayude al paciente a incorporarse a una vida normal después de sufrir una enfermedad cardíaca, así como corregir las causas que la produjeron.

Se ha comprobado que la rehabilitación cardíaca incide positivamente en la disminución de recaídas, re-hospitalizaciones y mortalidad. Además, tiene un impacto positivo en el control de los factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares, dígase la hipertensión arterial, diabetes u obesidad, por mencionar algunos. El apoyo emocional es una parte importante del programa. Las personas que reciben rehabilitación cardíaca alcanzan tasas de supervivencia entre un 25 - 45% superiores a quienes no participan de estos programas.

¿En qué consiste la rehabilitación cardíaca?

Es un programa que aborda todos los aspectos del estilo de vida que pueden conducir a una enfermedad cardíaca y cómo se puede controlar cada uno de ellos. Combina toda una serie de aspectos: ejercicios, alimentación, formas de reducir el estrés, etc.

Un equipo médico multidisciplinar prepara un plan de rehabilitación física personalizada para el paciente, que puede incluir ejercicios como el ciclismo en una bicicleta fija, el uso de una cinta de correr, ejercicios aeróbicos de bajo impacto y la natación. Además, se mantiene al paciente bajo un monitoreo constante, midiendo su tensión arterial, así como controlando la diabetes y el colesterol. El objetivo es ayudar a los pacientes a entender su condición, potenciar su recuperación, brindar apoyo tanto para cambiar su estilo de vida como para asumir los retos psicológicos de vivir con una enfermedad cardiovascular, así como reducir el riesgo de nuevos episodios cardíacos.

La rehabilitación cardíaca consta de tres fases:

Fase 1 Comienza cuando el paciente aún se encuentra hospitalizado. En este momento su objetivo fundamental es proveer acompañamiento físico y emocional para que comience una movilización suave y progresiva, perdiendo el miedo inicial que es lógico tras un evento de salud traumático.

Fase 2 Tras el alta, comienza la fase ambulatoria, probablemente la más dura para el paciente, ya que consiste en incorporar hábitos de vida cardiosaludables a su rutina. Varias veces a la semana y por un período de varios meses, ha de acudir a un área médica especializada en rehabilitación cardíaca para participar en sesiones multidisciplinares personalizadas que incluyen entrenamiento, charlas sanitarias y psicoterapia. Bajo una estricta monitorización médica, el paciente realiza una combinación de ejercicios aeróbicos, de fortalecimiento muscular y de equilibrio.

Fase 3 La tercera etapa no tiene fecha de conclusión. Una vez se incorporan la actividad física y hábitos cardiosaludables, le corresponde al paciente mantener un apego estricto a estas rutinas.

Además de los médicos, la rehabilitación cardíaca es llevada a cabo por enfermeras, especialistas en rehabilitación, fisioterapeutas y terapeutas ocupacionales, dietistas y asesores de salud mental.

¿Cuándo se indica la rehabilitación cardíaca?

El primer paso es que un equipo médico evalúe el estado de salud del paciente mediante una revisión de sus antecedentes, un examen físico y una serie de pruebas, para asegurarse de que sea el programa adecuado. De acuerdo con la Fundación Española del Corazón los perfiles más comunes son:

• Pacientes que han sufrido un evento coronario (angina de pecho o infarto), ya sea que haya tenido necesidad de revascularización (implantación de stents o cirugía de bypass) como si se ha optado por tratamiento farmacológico.

• Pacientes con insuficiencia cardíaca, o si se encuentra en riesgo de ello por haber recibido quimioterapia.

• Pacientes que han pasado por procedimientos de ablación de arritmias (en especial fibrilación auricular) o recibido un implante de dispositivos como desfibriladores.

• Pacientes que han sido sometidos a una cirugía de reemplazo valvular.

¿Qué tipo de ejercicios se realizan durante la rehabilitación cardíaca? ¿Se pueden hacer de forma preventiva?

La Asociación de Riesgo Vascular y Rehabilitación Cardíaca de la Sociedad Española de Cardiología ha alertado que el número de Unidades de Rehabilitación Cardíaca en el país es insuficiente. Por ello, en el año 2020 estrenó un proyecto online dirigido a todos los pacientes cardiovasculares que no pueden acceder a un programa presencial o e-supervisado, o hayan tenido que interrumpirlo por el COVID-19. Se llama Aula Abierta de Rehabilitación Cardíaca y está disponible en: https://aularc.es.

Esta aula online ofrece videos organizados en cuatro módulos, con los mismos contenidos que se imparten en los programas presenciales de rehabilitación cardíaca. Aunque el proyecto está dirigido a pacientes a quienes se les haya indicado este tipo de programa, cualquier persona puede acceder y beneficiarse de los contenidos.

También la Fundación Británica del Corazón, ofrece en su sitio web una colección de videos con ejercicios de rehabilitación cardíaca para realizar en casa. El programa online tiene seis niveles de dificultad, que van desde ejercicios para hacer sentado, hasta cinco niveles de intensidad. La Fundación también ha implementado un programa de rehabilitación cardíaca de ocho semanas por correo electrónico: los pacientes reciben un mensaje semanal con consejos, ejercicios y técnicas para manejar el estrés.

En conclusión …

El objetivo principal de la rehabilitación cardíaca es conseguir el máximo nivel de actividad del paciente compatible con la capacidad funcional de su corazón. Ayudarle a recuperar la capacidad física para que pueda reincorporarse a sus rutinas y, a largo plazo, modificar los factores de riesgo que influyen en el desarrollo de las enfermedades cardiovasculares.

Pero es también una oportunidad para que los pacientes conozcan a otras personas que están pasando por experiencias similares a las suyas, lo cual les ayuda a aumentar su confianza. A largo plazo, la rehabilitación cardíaca puede ayudar a mejorar la fuerza, adoptar hábitos saludables como el ejercicio y una dieta sana, eliminar malos hábitos (como fumar), controlar el peso, encontrar formas de manejar el estrés, disminuir el riesgo de recaída y, sobre todo, mejorar la calidad de vida del paciente.